sábado, 15 de noviembre de 2008

Ya estoy en mi sitio.


Cada vez me van quedando menos esperanzas y menos clavos a los que agarrarme. Poco a poco voy sintiendo que la realidad se abre paso contra mi deseo. Me dijiste que ya no volvería a ser, pero yo no quería creerlo y ahora cada vez resuenan más esas palabras en mi cabeza.

Te estoy perdiendo completamente, aunque en realidad ya te había perdido. Pero no quería creerlo.


Hoy no tengo voz para hablar, y por eso apenas he podido hacerlo. Estabas ahí y yo sólo te miraba, sin saber qué decir, porque lo que quiero decir no puedo.


Pero aquí estoy, para escribirlo, para confirmar que te quiero, que me duele perderte, y que a pesar de todo no puedo dejar de amarte.


Escucho tu voz y recuerdo cuando iba dirigida a mí, cuando me hablabas de amor, de sueños, de fantasías que aunque nunca cumpliéramos nos hacía sonreir, nos hacía felices sólo de pensarlo.


Hoy ya no puedo soñar a tu lado, y en realidad ya no puedo soñar. Lo único que fantaseo es con un reencuentro que no sucederá.


Creía que mi alma se iba calmando, a pesar del dolor, pero no sé el motivo, ahora mismo vuelvo a estar igual que estaba, anegado en la amargura que me provoca la enorme distancia que se ha abierto entre tú y yo.


Creo que nunca nada será igual, y sé que tengo que acostumbrarme a ello, pero no es fácil, y dudo que pueda.


Soy un iluso y por ello me duelen al final tanto las cosas. Supongo que cada uno encuentra su lugar en el mundo antes o después, y mi lugar ya está ocupado.


No dejaré de pensar en ti aunque con ello me parta el corazón una y otra vez, porque ese es mi sitio y ya he llegado a él.

No hay comentarios: