domingo, 5 de diciembre de 2010

Un amor imposible.

La lluvia desdibuja una tarde ya oscurecida, y yo, perdido en mis propios pensamientos, acudo a una canción que hacía mucho no escuchaba; esa lluvia tras el cristal, esa compañía cálida y fastuosa que tanto anhelo y añoro y esas fantasías que siempre me han acompañado al escuchar esta melodía.
No despejo mi memoria de tu recuerdo, y la belleza de ese rostro que siempre me ha tenido completamente obsesionado sigue presente en mi cabeza.
Son batallas perdidas en las que tengo que luchar cada día, pero eres lo más intenso que ha habido y que sigue habiendo en mi existencia.
Estoy loco, lo sé. Es insano seguir manteniendo con tanta fuerza un sentimiento como este, una necesidad tan real de alguien que vuela ya en otros cielos y disfruta de otros vientos diferentes. Pero es imposible olvidar a quien a buen seguro ha sido el verdadero amor de una vida dedicada en gran medida a la introspección, escondido siempre en mi propio interior, estudiándome, observándome, olvidándome de un mundo éxterior en el que tú eras real.
Siempre te busqué en mi imaginación; te creé para mi propio disfrute, sin pensar siquiera que un día aparecerías y darías la vuelta a mi vida, a mis deseos, a mis necesidades...
Ahora que no estás trato de volver a esconderme de mi propia realidad en ese mundo mío, esa "luna" en la que tantas veces disfruté contigo, pero ya no es lo mismo, porque sé que tú eres real.
Te echo muchísimo de menos, mi pequeña estrella, tanto que duele. Creí que había logrado acostumbrarme a tu ausencia, y que estaba asumido el hecho de que tu vida estaba lejos de la mía, con las cosas y las personas que la misma te quiera poner en tu camino, y sin embargo no es así; no lo puedo superar.
Odio autocompadecerme de este modo y sin embargo no dejo de hacerlo una y otra vez. Éstúpido de mí...
Te quiero, "Alejandra", y esa es la única realidad de la que aún estoy seguro.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Hoy no es un buen día...

Fuera hace frío, y la nieve intermintente rocía con su blancura un apagado césped frente a mi ventana.
Esfuerzo mis ojos en un empeño de ver más allá de un horizonte escondido tras la oscuridad de una noche desapacible y de nuevo izo el telón de una obra inacabada de la que el único espectador soy yo. Un amor perenne e imposible que tiñe de añoranza amarga mis días y mis noches, que poco a poco se está apoderando de todo mi tiempo y de mi espíritu sin encontrar ninguna oposición por mi parte.
Ni siquiera sé qué es lo que estoy haciendo, y sea lo que sea que hago, no sé por qué lo estoy haciendo. Mi tiempo simplemente pasa, sin más, y el ánimo, antaño encendido y juguetón, hoy se muestra pasivo ante la vida perecedera.
Cada día que pasa dedico más tiempo a pensar en este sentimiento que anega por completo mi corazón y del que no me desharé, quiera o no.
¿Qué es lo que le ocurre a un corazón cuando llega a enamorarse como yo lo he hecho? ¿Y qué sucede con la razón? Yo he perdido los dos: mi corazón se fue contigo, y la razón me abandonó hace tiempo ya.
Muchas de las últimas noches pasadas me he quedado pegado al cristal de mi ventana con la mirada fija en la luna buscando acaso recuerdos diferentes vividos contigo, o quizás tan sólo imaginados por mí. Ya no sé dónde está la realidad y dónde mi ficción ni por qué aún sigo buscando tu rostro en cada mujer que se cruza conmigo. Se ha creado un muro entorno a mí que hace imposible que nadie pueda entrar y tocarme, y tras esos muros vivo aislado y sólo, en una demencia insana pero imposible de curar.
No sé dónde me conduce todo esto, pero sé que no es un buen camino, y sin embargo no hay otro camino para mí.
Hoy me siento como el día: triste y gris.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Has de saberlo.

El silencio me envuelve y los recuerdos se hacen dueños del momento. Mis dedos, sin más guía que el deseo, teclean sin un guión establecido, con un albedrío libre que no dicta sino un corazón desbocado.
Busco el modo de comprender por qué el amor me esquiva y sólo me permite una dirección para sentir, por qué no he llegado a rendirte y asaltar tu palacio para que me amaras como yo lo he hecho, como yo lo hago contigo.
Me pregunto cómo sería la vida si hubiera hecho de tu corazón presa de mi amor, y hoy estuvieras bajo la necesidad misma que yo tengo, y desearas decirme que un día sin mi sonrisa era tan largo que desesperabas por la espera, y que el sólo roce de mi mano en tu mejilla era tan vital que el no tenerlo te hace sentir un vacío imposible de rellenar.
A menudo me pierdo en ensoñaciones donde imagino que somos el uno para el otro, y que la vida nos ha reunido y nosotros nos hemos encadenado a un amor tan hermoso que somos incapaces de precindir de la compañía que nos brindamos mutuamente. Que nuestras fantasías las cumplimos con el hecho de permanecer unidos habitando un mundo que nos pertenece, porque es nuestro mundo. Y nos deseamos, y buscamos esas caricias que enciendan la pasión que nos abrasa por dentro, y nos miramos impacientes para despertar ese deseo carnal que al momento convertimos en un abrazo desesperado y ansioso anhelando ser los dos uno. Y en esa danza sexual llegamos a un climax tan intenso que creemos alcanzar el cielo, y entonces nos damos cuenta de que nosotros somos el propio cielo y el amor que nos profesamos es sin duda nuestro Dios. Nos percatamos de que tenemos una fe infinita en esta religión donde los escritos sagrados son los besos entregados.
Y me dices te quiero, y te digo te quiero, y al fin, dormimos abrazados en una noche que ambicionamos sea eterna.
Pero hoy no puedo decirte "te quiero" porque no te tengo frente a mí, y tú no deseas saberlo, y me tengo que callar y comerme cada letra de esa frase que me hace sentir como si tragara clavos al bajar por mi garganta, y me laceran el estómago.
Pero has de saberlo, mi pequeña estrella. Has de saber que "TE QUIERO".

sábado, 30 de octubre de 2010

Celos inconfesables.

Creo que estoy perdiendo el juicio.
Pienso que poco a poco voy olvidándome de todo, apartándome de esta decadencia emocional, y cuanto más creo que así es más cuenta me doy de que no es así.
Ha pasado ya mucho tiempo; demasiado. Te imagino con alguien que te haga reir, que te acaricie, que te bese, y no puedo por menos que sentir unos celos irracionales y una envidia insana, porque no soy yo. Entonces tengo que hacer un gran esfuerzo para que la razón se imponga a la emoción y dicte que tu vida tiene su rumbo y su camino y la mía... ¿dónde queda mi vida?
No puedo mirar a ninguna mujer sin buscar parecidos a ti, y me doy cuenta de que no encontraré ningún rostro femenino que se iguale al tuyo, que vista mis ojos de colores con sólo posarlos sobre su faz. Tampoco he llegado a encontrar a nadie que interprete todas mis frases como tú lo hacías, sin esfuerzo para entender cuándo es chiste y cuándo no, sin tener que explicar cada palabra para que lo que diga cobre sentido.
No estoy bien; no me encuentro bien, y sin embargo tampoco me siento triste, o deprimido. Creo que es simplemente un vacío, un completo y caótico vacío lo que llevo dibujado en mi alma, y no hay nada que pueda ya llenarlo. Por eso posiblemente no sienta ni felicidad ni tristeza, pero sí añoranza cada vez que me despierto hasta que mis ojos se cierran en la noche al sueño, y justo antes de abandonarme al infinito mundo de Morfeo vuelvo a pensar en que otro reciba de ti lo que yo no podré tener, y me duele. Entonces, trato de imaginarte sonriéndome, y acompañándome en mi lecho, abrazo mi almohada, y busco de ese modo que sea la última imagen antes de dormir.
Es curioso que cuanto más tiempo pasa más piense en ti. Tú te has alejado de mí, pero yo no puedo alejarte de aquí.
Este amor me hará perder la razón si es que aún la tengo, pero me alegro de sentir así, porque sé que el amor verdadero y para siempre existe.

jueves, 14 de octubre de 2010

Imposible no escribir.

No ha pasado tanto desde que decidí poner punto y final a estos trazos de mis sentimientos en forma de palabras. Pero hoy me doy cuenta de que no podrá haber un final para estos ecos de un silencio que me obligo a mantener aún en contra de la necesidad de gritar mi amor.
Creía que no existía ya consuelo en estas epístolas que escribía pues la añoranza de tu amor era cada día más y más grande, pero intentando aguantarme las ganas de ti cerré esta puerta y traté de convencerme de que tus ausencias cada vez más longevas acabarían siendo una sóla y eterna, y que por mi parte sería capaz de comprender que mantenerse en un estado de añoranza permanente me abocaría a perder el juicio y la razón: pero es imposible olvidarte.
Muchos días he sentido la necesidad de escribir de nuevo, incluso de buscar la manera de hablarte a ti y contarte que aún te quiero, que la carencia de tu compañía no ha hecho mella en este sentimiento que todavía guardo bajo la llave de mi introversión. Pero me imponía una ley del silencio y buceaba entre mis pensamientos recordando momentos y sonrisas imborrables que hoy, sin fuerzas para reprimirme, han hecho que vuelva a este portal y cruce el umbral para escribir de nuevo, una vez más, el imperecedero sentimiento que alberga mi corazón solitario.
Casi han pasado dos años desde que se cercenó mi libertad para amarte abiertamente y aún hoy siento esta necesidad de ti sin que nada ni nadie pueda cambiarlo. No existe un rostro que pueda emular siquiera la belleza inaccesible del tuyo, único en sus ojos, sus labios, su piel... No hay quien haya llegado a entenderme como tú, ni a completar los vacíos que aún puedan existir en mí. Me complementas como nunca podrá alguien complementarme.
Quizás desde una perspectiva objetiva la vida pueda parecer cruel conmigo impidiéndome este amor que tantas horas de sueño me ha robado y tantos sueños me ha regalado en esas horas insomnes, pero en realidad he conocido la magnificencia de un sentimiento tan poderoso como es el amor de verdad, la plenitud del más grande de los sentimientos, y la crueldad verdadera sería haber abandonado este mundo sin saber lo que es amar con altruismo y sin condición, amar de verdad.
Quisiera estar contigo, pero sin poder tenerte sigo enamorado de ti, y por eso no he resistido esta tentación de desahogarme en el único medio en el que puedo hacerlo, ya que no hay nadie con quien hable de ti y de lo que vive dentro de mí.
Hoy necesitaba decirte "TE QUIERO".

lunes, 9 de agosto de 2010

Fin.

Hoy he decidido terminar estas epístolas que ya no me sirven de consuelo.
Por mucho que escriba lo que me dicta el corazón no calma la desazón de un amor no correspondido ya, un sueño que creí equivocadamente alguna vez sería realidad.
Hoy despido todas las letras que durante este tiempo fueron la vía de escape a cuanto hubiera querido decirte, y las dejaré en ese mundo onírico que recreo cada vez que pienso en ti, aunque ya nada me calma el espíritu.
No soy una persona fácil de enamorar, pero contigo se derrumbaron barreras y barricadas, y llegaste a lo más hondo de mi alma. Hoy sigo en el mismo punto donde siempre estuve, fantaseando con un ser tan especial que casi es imposible que sea real, aunque existes. Te soñaba y seguiré soñándote aún a pesar de que ello implique acompañarme de una soledad que siempre estuvo conmigo, como fiel aliada en este viaje del que no quiero saber el destino ni la hora de llegada.
No voy a extenderme porque las despedidas nunca fueron mi fuerte, así que aquí cierro un libro de escritos dedicados a un amor que nunca me fue favorable y que no podré olvidar.

martes, 27 de julio de 2010

Quizás para siempre...


Existe el tiempo y este pasa sin remisión. Existe, sí, y sin embargo no logra hacer que se vaya quedando rezagado tu recuerdo en mi memoria.

Pienso en lo que quise que fuera y nunca fue, en lo que un día imaginé y no traspasó de la fantasía a la realidad.

Hoy apenas te encuentro casualmente y sin embargo no dejo de pensar en ti. Vives presente en mi memoria, en mi añoranza, y sin darme cuenta me encuentro mirando al infinito imaginando tantas cosas como hubiera deseado y no fueron.

El amor no me ha regalado nada, pero tampoco le guardo rencor. La vida da, quita o niega, y a mí me tocó conocerte y no alcanzarte, pero a pesar de todo me alegro de que te hayas paseado por mi existencia ya fuera de mi Nunca Jamás, y hayas querido subir a mi luna alguna vez para hacerme compañía en tan enigmático lugar. Hoy guardo las lágrimas y me salpico de recuerdos en busca de lacónicas sonrisas.

Ojalá hubiera logrado alcanzar tu corazón y no soltarlo ya jamás, pero no pude o no supe, y de nuevo volveré a hacerte fantasía y en mi locura emocional seguiré disfrutando de cuentos de amor encerrado en mi mundo, apartado de una realidad que nunca logró devolverme la cordura y la razón.

Ya ves, mi pequeña estrella, que sigo enamorado de ti a pesar de todo, y quizás para siempre.

domingo, 18 de julio de 2010


La luna ya sonríe desde un límpido cielo estival, acompañando mis ilusorias fantasías mientras escucho música que sólo hace que evocar sentimientos ocultos en mi corazón. Siento una especie de vacío que no logro comprender y que se ha enquistado dentro de mí.

No hay nada más allá de la irrealidad que recreo cada vez que dejo vagar mis pensamientos, pero sólo es una mentira que he decidido contarme por toda la eternidad de una vida incompresible.

Hoy no sé quién soy, y tampoco intento averiguarlo; me apoyo en vanas ilusiones que no me conducen a ninguna parte, pero sin las que no puedo pasar.

Desearía que las cosas fueran distintas, que el amor tuviera a bien regalarme tu presencia y compañía, y que mi estancia a tu lado significara tu felicidad.

Hoy me siento en cierto modo añorante y falto de fuerzas. No hago más que buscarte en cada mujer que se cruza ante mi vista, pero en mi ignorante raciocinio te he creído y creado tan perfecta que jamás logro encontrar a nadie que siquiera pueda evocarme tu irreal realidad.

La cordura me abandona y la locura comienza a asaltar mi razón y hacer que no pueda gobernar mi propio ser.

Es interesante lo que el amor puede generar en las personas; seguramente no existen dos seres que lo sientan del mismo modo, y sin embargo afecta a todos, quieran o no.

Yo sólo sé que vivo enamorado de ti sabiendo que es un sentimiento abocado al fracaso, pero no existe nadie como tú para mí; quizás aspiro a mucho, pero no deseo a nadie más que a ti.

sábado, 26 de junio de 2010

De amores y fantasías.


¿Dónde estás, mi hermosa ilusión? ¿Dónde recorren tus pies los pasos que vas dando? ¿Quién tiene la fortuna de cruzar su mirada con la tuya?

Te echo de menos, mi pequeña estrella, y no puedo evitarlo. Quiero hablarte, escucharte, reir contigo, vivir una hermosa historia de amor con un final feliz...

¡Cuánto te quiero, mi niña!!! Y aún a pesar de este imposible amor sigo perdido en mi fantasía ilusa abrazando vanas esperanzas sólo porque no sé vivir sin pensar en lo que siento por ti.

Ojalá encontrara el camino hasta ti; ojalá abrieras las barreras de tu distancia; ojalá me amaras del mismo modo que te amo yo; ojalá tantas y tantas cosas que son sólo eso, "ojalás".

Me reitero demasiado cansinamente, lo sé, pero es que aún vivo enamorado de ti. Pasa el tiempo, aumentan los silencios y quizás la distancia cada vez se hace mayor, pero aún así no pierdo el sentimiento que revive a cada instante en mi corazón.

Me imagino de manera incansable estar junto a ti, besar tus deseados labios y poder acariciar tu pecaminoso cuerpo de mujer. Me imagino escuchando de tu voz tus vivencias y experiencias, y tu día a día. Me imagino tus caricias apaciguando el estrés diario de mi vida mientras la sonrisa de tu boca arrulla mis momentos de desesperanza.

Ya lo ves, mi pequeña estrella: estoy tan profundamente impregnado de ti que ya formas parte de mi propio ser.

Lo que siento es amor verdadero, y es por ti.

viernes, 28 de mayo de 2010

Días de añoranza.


Mi pequeña estrella:

Cuánta añoranza puede albergar un corazón solitario como el mío.

Cada mañana al despertar acepto el hecho de que no despiertas a mi lado y sin embargo me niego a olvidarte.

No lo entiendo ni yo mismo, pero el sólo hecho de sentir este amor me impide pensar que algún día pudiera aparecer una estrella que apagara el brillo de tu luz, y es que una vez tuve un sueño y eras tú.

Hace poco alguien me dijo que yo sufría de complejo de Peter Pan; ¿sufrir? No. Disfruto en todo caso. Quizás no existen los príncipes azules ni las princesas de cuento de hadas, pero prefiero cerrar mis oídos a la letanía de la razón y pensar que tú eres esa princesa de cuento y yo el príncipe azul que te llevará a lomos de su blanco corcel en un imposible final feliz bajo la atenta mirada de una luna llena que tantas veces compartimos tú y yo.

Soy consciente de que si sigo así estoy abocado a la más absoluta soledad sentimental, pero es demasiado fuerte tu presencia en mí para borrarte de mi memoria. Y si te soy sincero me importa muy poco.

Hoy estoy sentimental y me empapo en tu recuerdo con la única intención de hacerte aún más fuerte en mí. Qué locura, ¿verdad? Supongo que soy un enfermo de amor, y esta enfermedad es crónica. Ya no hay cura una vez te conocí, porque la única cura eres tú, y no estás.

Hoy continúo contigo en mis sueños, anidando tu presencia en lo más recóndito de mi alma para que nadie pueda sacarte de allí.

¿Qué le voy a hacer si te quiero tanto, Alejandra? Sólo me queda seguirte amando aún a pesar de tu lejana ausencia, y sobrevivir a este amor imposible que un día imaginé y otro día tú lo convertiste en algo real.

Tuyo siempre...

jueves, 6 de mayo de 2010

Una noche ensoñada.


Hoy me dejo seducir por la ilusión imposible de tu cuerpo y viajo hasta tus labios para vivir una aventura de la que no deseo volver.

Esta noche estrellada busco tu mirada sin importarme nada que no seas tú. Albergo la esperanza de encontrarte frente a mí, al cerrar mis ojos, y alcanzar tu mano, tomarla y atraerte a mí.

Quién diría que el tiempo de ausencia libraría un batalla contraria a la lógica y en lugar de alejar mis pensamientos poco a poco de ti acerca más momentos de añoranza y recuerdos disfrutados.

Sé que este amor que siento es irracional, pero al mirar a otras es a ti a quien busco una y otra vez.

Cada vez pienso más y más en ti, y cuanto menos te veo más te busco y acabo acudiendo a mis pensamientos para estar contigo. Es posible que mi mente haya caído en la demencia y la realidad se haya evaporado de mi raciocinio en lo referente a ti, pero en verdad ¿qué me importa? Eres tú, mi pequeña estrella, sólo tú quien dió vida a un sueño oculto en lo más profundo de mi imaginación y engrandeció el mundo a mi alrededor. Eres tú quien con sólo una palabra conseguía que la vida cobrara interés y las cosas perdieran importancia si no se referían a ti, a mí, a nosotros. Eres tú quien se dejó acariciar por cada una de las palabras que nacían de mi mismo corazón, si no del alma, y me sonreía llenándome de gozo.

Eres tú quien se aleja poco a poco y con ello me hace aún más dependiente de tu presencia. No puede haber nadie porque sólo existes tú y no puedo deshacerme de lo más hermoso que anidó en mi vida un día.

Esta noche, amor mío, serás sólo para mí, seré sólo para ti.

jueves, 29 de abril de 2010

Un guiño a la luna.


Hola, Campanilla.

Llevo días apostado tras las letras de mi teclado queriendo escribirte muchas cosas, pero renuncio al placer del desahogo literario temeroso de no saber muy bien cómo plasmar todo lo que siento. Y me quedo sumido en una incontinencia onírica recreando diferentes fantasías mientras me pierdo en la infinita belleza grabada en las fotografías que tantas y tantas veces he buscado para satisfacer mi necesidad de ti.

¡Cómo te echo de menos, mi pequeña estrella!

Y tú pretendías que me apartara de ti y buscara una senda que condujera mi vida por otras riberas; es imposible, Alejandra. Sólo existe un camino y me lleva a ti.

Me reconforta pensarte e imaginarte, recrear situaciones mientras me dejo mecer por la música que tantas veces hemos escuchado juntos, y otra que quizás nunca hayamos compartido.

Si busco consuelo en rostros ajenos me doy cuenta de que lejos de obtenerlo aún se acrecenta más mi deseo de ti, porque eres tú a quien busco y quien no existe en esas facciones que se presentan frente a mí.

No puedo estar con nadie que no seas tú. No puedo enamorarme, pues contigo se quedó todo el sentimiento que en mi corazón habitaba, y eso me hace tuyo para siempre.

Ojalá en la vida me hubiera correspondido tenerte conmigo, o tenerme contigo, lo mismo es. Pero la palabra "JUNTOS" no ha resultado ser nuestro sino y fin, sino tan sólo una utopía largamente acariciada por este iluso enamorado que nunca renunció a ti, ni antes de conocerte ni después de perderte.

Si alguna noche miras al cielo no dejes de guiñar un ojo a la luna porque allí estaré, amor mío, manteniéndote irremediablemente presente en mi memoria.

Tuyo para siempre...

viernes, 16 de abril de 2010

Viaje a la luna.


Mi gran amor:

Hoy estoy dibujando en mi mente un camino donde tus huellas acomapañan mis pasos, donde tu mano se funde con la mía. De algún modo no hay añoranza, melancolía, rendición... Hoy simplemente me dejo llevar por el deseo de tenerte conmigo; sí, ya sé que sólo es imaginación, pero no me importa.

Me asilo bajo una cúpula de cristal que sólo deja entrar los rayos de sol para dar luz al colorido edén en el que vivo una hermosa historia de amor a tu lado. Tu perfecta cabellera pugna con ese sol por ver quién procura más dorado a ese lienzo donde cada fantasía es una realidad. Y tus deseados labios me muestran el camino que conduce a los más apasionados besos que recibirán jamás los míos. Y siento tu cuerpo rozando mi cuerpo, y tus atributos de mujer empapan mis ganas de ti haciendo del deseo una ardiente necesidad.

Y juntos, al atardecer, mientras el sol acaricia el horizonte desdibujándose poco a poco, escuchas de mi voz "te quiero".

Y bajo un manto de luces titilantes, al amparo de la sonrisa lunera, me miras, sonríes, y por fin me regalas tu cuerpo a cambio del mío. Me muestras tu desnudez desinhibida y sacudes mi sorpresa con un beso de enamorada.

No existe nadie; sólos tú y yo y este sentimiento tan poderoso.

Hoy no tengo lugar para tristezas ni soledades. He vuelto a recorrer una senda casi borrada por el paso del tiempo que me llevaba a mi luna, y allí te he dibujado de nuevo para hacerte mía una vez más.

Te quiero, mi pequeña estrella, y eso, pase el tiempo que pase, no se apagará.

martes, 30 de marzo de 2010

Te echaba de menos...


Mi pequeña estrella:

Hoy estaba pensando en ti, como cada día, como cada instante. Voy asentándome en una calma mentirosa acariciando con el pensamiento imágenes no vividas que parece ya no hacen brotar cobardes lágrimas que huyan de mis ojos. Sé sin mirarme que al pensarte se dibuja una sonrisa melancólica en mi cara, sabedor de que todo es fruto de la magia de mi imaginación que te acerca tanto, tanto a mí, que casi puedo sentir tu aliento, y después el beso.

Cierro mis ojos y veo tu sonrisa mientras me miras, y apartas tu cabello que se enmaraña con el viento juguetón en tu rostro, y me acerco, y soy yo quien lo retira para poder recrearme en tu mirada infinita y profunda, perderme en la belleza de un rostro femenino perfecto y, finalmente, caer preso de un ósculo apasionado que detiene el tiempo y el espacio.

Sé que es una locura irracional vivir de la imaginación abocándome irremediablemente a una soledad impía, pero no puedo evitar pensar en ti cuando otra mujer es quien me habla, o quien cruza una mirada perdida conmigo. Estás continuamente presente en mi existencia, y es que, como ya te dije alguna vez, mi corazón partió contigo, porque siempre te perteneció, y aunque me lo devolvieras, está tan impregnado de ti que sería imposible entregarlo a nadie, porque si me lo devolvieras sería lo único tuyo que me quedaría. Así que guárdalo muy bien porque a mí ya no me hará falta nunca más sin ti.

Tú vivirás tu vida, pero yo viviré tu amor.

miércoles, 10 de marzo de 2010

De nostalgias y recuerdos.


El frío cubre invisible todo a mi alrededor llegando incluso a mi alma.

Hoy no tengo una sonrisa que ofrecer y la melancolía se aposenta en mi espíritu y ,tonto de mí, me castigo con una canción que hace evocar sentimientos vivos e imposibles.

Cierro mis ojos y te encuentro como siempre, como nunca, en una fantasía que nunca llegará a publicarse en el diario de mi vida.

Estoy enamorado eternamente de ti; antes de conocerte, después de perderte, siempre. Nunca te tuve y la vida no me acercará a ti, pero no supe de la magnitud de este sentimiento, el poder real del amor verdadero, hasta que te dejaste querer.

Hoy deambulo entre fantasías sin esperanza, callada la ilusión tras la verdad de la distancia, y me pregunto por qué el amor y yo no podemos ser amigos y sin embargo por qué somos inseparables.

Te busco aún entre la gente a sabiendas de que no te encontraré, y respiro profundo tratando de contener un suspiro de desesperanza.

Ojalá pudiera un día irme a mi mundo, todo un día, ajeno a la vida que yo elegí, y poder allí disfrutar de todo cuanto esa vida me niega.

Siendo sincero siempre dudé de que estuviera a la altura necesaria para llegar a ti y eso me ha hecho pensar mucho en algo que me decías hace ya mucho tiempo, casi cuando asomaste por mi puerta. Es posible que ni lo recuerdes pero yo lo he tenido presente desde entonces: si alguien no se siente suficientemente bueno como para estar con una persona entonces acabará por perderla.

Siempre intenté ser mejor en todo lo que hacía, en todo lo que decía, en buscar una perfección que se mostró imperfecta.

Sé que no fui yo quien te perdió pero sí quien dejó abierta la puerta para que pudieras salir. Supongo que el destino tenía escrito un texto diferente al que yo pretendía.

Hoy voy a dejar ya de escribir porque se me está estrechando la garganta y una lágrima ha logrado escapar y recorrer la mejilla hasta que la he recogido con el dorso de mi mano.

No existe la perfección pero tú eres la imperfección más perfecta, y por eso no puedo dejar de amarte, mi pequeña estrella.

sábado, 13 de febrero de 2010

Soneto.


La luna, guía noctura de mis sueños
ilumina la pasión del desvarío
que es creer en este amor hoy ya baldío
salpicado de silencios no halagüeños.


Y aunque surgen pensamientos zarzaleños
que me espinan el corazón ya zaherío,
sigo viviendo inocente este amorío
a pesar de lo imposible de mi empeño.


No me pidas con palabras ser tu amigo,
ni conjures en mi contra tus ausencias.
¿No lo ves? Yo de tu afecto soy mendigo.


Poco importa cuáles son las apariencias
con que visto cuando hoy estoy contigo
si este amor aún es eterno en inocencias.

sábado, 30 de enero de 2010

¿Dónde estás? ¿Dónde estoy?




Hoy abrí mi ventana a un nuevo día. Amanecía triste, ensombrecido por grisáceas nubes que ocultaban un sol aún sin fuerza. Miraba a un horizonte no demasiado lejano las cumbres nevadas de las estribaciones de una sierra de sobra recorrida y reconocida. Fuera el frío se mostraba en forma de remansos níveos, agazapados en el multicolorido campo que me rodea, y allí mi mente se escapó hacia pensamientos en los que te descubría tras de mí, mirándome desde una cama ahora vacía.

No estabas, y nunca has estado, pero en mi imaginación has habitado aquí, y en muchos otros lugares, siempre junto a mí.

He deseado desde hace ya demasiado un cálido abrazo llegado de ti, con todo el sentimiento. He necesitado de tu presencia como si el maná de la vida fuera.

Soy vulnerable a tu ausencia, y aún así no sé tratarte cuando estás presente. Sé que no debo hacerte partícipe de mis sentimientos, del amor que te profeso, pero acallar un corazón que necesita gritar al mundo lo que siente es muy difícil.

Hoy quería desnudarte, llevar mis manos a tu cuerpo y mis labios a tus labios, sentir la felicidad del deseo llenandote, vaciándome. Hoy deseo hacerte mía y leer en tus ojos la necesidad de mí, llevarte de mi mano y guiarme con tu estrella. Hoy quisiera estar contigo y vencer la racionalidad que sentencia "es un imposible", romper las barreras de lo prohibido y llegar a tu vida en un para siempre, aunque fuera efímero. Hoy anhelo recibir de la vida el don de tu realidad en mi mundo, o de la mía en el tuyo, estar juntos, ascender hasta una luna vestida de gala para recibir a dos enamorados que no pueden estar juntos ni vivir separados.

Un rayo de sol colándose entre las nubes me alcanza en los ojos y vuelvo de mi ensoñación, regresando mi mirada a la vista de los picos nevados, no demasiado lejanos, y a un presente donde yo soy quien vive enamorado, quien no puede estar contigo ni vivir sin ti.

¿Estoy loco?

martes, 19 de enero de 2010

Una fantasía más.


Aún guardo algún correo que te escribí ya hace tiempo, algo más de un año, y que nunca me atreví a enviar, y de vez en cuando los leo y vuelvo atrás en el tiempo recordando lo mal que lo pasé, y lo bonito que llegaba a imaginar pensando que pronto los sueños serían realidad.

Hoy ya no alcanzo a tener esa fe en que las cosas sucederán y me alimento de momentos regalados y disfrutados, aunque en mi más profundo interior piense que son sólo espejismos en este desierto de amor.

Yo no abandono el sentimiento que un día se despertó en mí aunque sea irrealizable, porque tan sólo imaginarme contigo, aunque con la convicción de que es algo imposible, me despierta ilusiones momentáneas y deja secuelas en mi pensamiento que duran todo el tiempo que tardo en cruzar de nuevo una palabra contigo.

Ahora mismo estoy escuchando Glory of Love, de Chicago, y me dejo llevar hacia algún paseo marítimo, un anochecer estival, donde le permito a mi vista perderse en el horizonte oscuro, confundidos mar y cielo. Decenas de personas caminan a paso tranquilo, disfrutando de la agradable brisa que el mar comparte más allá de sus fronteras.

Apoyados mis brazos sobre el muro que separa el paseo de la playa, sieto una mano que roza mi cuello y unos labios se posan en mi mejilla. La calidez de un beso regalado me hace sonreir, y mi brazo rodea un cuerpo deseado de mujer sin dejar de mirar al horizonte. Un "qué miras" me hace reaccionar y la respuesta es tan secilla como sincera: "buscaba una estrella en el cielo, pero no podía verla porque la tenía a mi lado". Un suspiro precede al beso más cálido que nunca nadie me regaló, y allí, ajeno a las voces que salpican como música ambiental el paseo en consonacina con las notas entonadas por las olas me abandono a un amor que, aunque imposible, siempre vivirá en mi Nunca Jamás.

Siempre eres tú la protagonista de mis fantasías, porque eres la destinataria de mi amor.

sábado, 9 de enero de 2010

Fuiste, eres, serás.


Van pasando los días de un primer mes de un nuevo año y nada cambia. Un invierno frío, nevado, oculta tras su blanco manto pensamientos grises y melancólicos. Me siento sólo y me doy cuenta de que en realidad es lo que busco, lo que quiero, pero a la vez asiento ante el pensamiento de estar contigo, de albergar tu compañía junto con esta soledad.

A menudo me encuentro con la mirada perdida tras mi ventana y los pensamientos libres surcando mi mente, y cruzas una y otra vez entre la locura de mis devaneos fantasiosos para calmarme, dibujando una paz que en realidad no existe.

Mi corazón late enamorado; mi espíritu cobija ese sentimiento con el que vivo desde hace tanto, aunque sea un imposible.

Sueño con paisajes compartidos y te sitúo junto a mí en cada cosa que hago; vivo una locura que no me conduce sino a la más absoluta e irreductible soledad, pero si te soy sincero tengo miedo de despertar un día y sentir que no te quiero. ¿Ves? Ese es el mayor de mis desvaríos, porque en realidad eso sería lo más saludable para mi cordura emocional, pero no quiero.

Cuando creé mi mundo y pinté en él a mi "Eva" simplemente buscaba no necesitar del calor de nadie y vivir mis propias locuras fuera del mundo real en el que vivo, pero nunca creí que esa mujer en la que tanto pensaba existiera, y te conocí.

Según fui descubriendote me iba enamorando más y más, o en realidad, transportando el amor que ya sentía por un ser imaginario hacia ti, y comencé a confundir mi mundo perfecto con la vida verdadera. Ahora ya no sé dónde está mi ficción y donde lo real. Lo único que tengo claro es que te quiero, y que no quiero que eso cambie nunca, aún incluso si acabara por compartir momentos con cualquier otra persona, porque en ti he descubierto el amor verdadero, y sólo tú has sido partícipe de una luna que nadie pudo descubrir antes ni visitará jamás. Esa luna estaba preparada para que tú me acompañaras y siempre estará ahí para ti, aunque no compartamos nuestras vidas.

En nadie he visto lo que veo en ti, y por nadie he sentido lo que siento por ti. No habrá sitio para un amor tan grande ya jamás, y si no eres tú nadie será dueño de mi corazón. Y sé que si alguna vez mis manos se posan en otra piel suspiraré en silencio imaginando que es la tuya, y si me roban besos cerraré mis ojos creyéndote ser la ladrona.

Y si eso ocurre, seré injusto con quien esté, porque nadie podrá llegar nunca a alcanzar lo que tú fuiste, eres y serás siempre para mí.

Nunca estuviste, mas nunca te irás de mí.