sábado, 13 de febrero de 2010

Soneto.


La luna, guía noctura de mis sueños
ilumina la pasión del desvarío
que es creer en este amor hoy ya baldío
salpicado de silencios no halagüeños.


Y aunque surgen pensamientos zarzaleños
que me espinan el corazón ya zaherío,
sigo viviendo inocente este amorío
a pesar de lo imposible de mi empeño.


No me pidas con palabras ser tu amigo,
ni conjures en mi contra tus ausencias.
¿No lo ves? Yo de tu afecto soy mendigo.


Poco importa cuáles son las apariencias
con que visto cuando hoy estoy contigo
si este amor aún es eterno en inocencias.

2 comentarios:

Lola Fontecha dijo...

Amar desde tan dentro y tan profundo no siendo compartido tiene que ser dulce y agrio a la vez, una mezcla de sentimientos que afloran desde lo más profundo de nuestro ser al sentir de esa forma tan desinteresada. Un saludo

Gaspar Maluenda dijo...

Amar es el sentimiento más intenso que un ser humano puede albergar dentro de sí, pero cuando ese amor es imposible se siente un vacío que en mi caso sólo lleno engañándome con más ensoñaciones y deseos imposibles que recreo una y otra vez dentro de mí, viviendo de la imaginación y no de la realidad. Es el precio que yo decidí pagar por este amor.