sábado, 8 de febrero de 2014

Una vez más, y van...

Hace unos días estuve viendo una película. Poco importa el título ni el argumento, aunque por si sientes curiosidad era una comedia romántica.
No me enganchó como otras, pero tenía un algo que me acabó de llamar. Hubo una circunstancia que la hizo distinta, y fue la canción que había al final.
No la conocía y rápidamente me puse a buscarla.
Eso fue hace unos días, como ya te he dicho. Desde entonces he estado escuchándola una y otra vez, y peligrosamente te ha vuelto a traer a mi mente de una manera muy fuerte. Ha hecho que de nuevo estés presente en mí, y he caído una vez más en la tentación de recorrer todas las fotografías que de ti guardo, y de nuevo me he puesto a perseguir sueños imposibles.
Nunca voy a llegar a olvidarte, tan fuerte es lo que creaste en mi interior.
Ya hace demasiado que nada sé de ti, y no voy a ir a buscarte porque tu vida ya tendrá otra senda y otros ojos que disfruten de tu mirada.
Me gustaría saber de ti, sí, y si te cuidan, te aman, te hacen reir... Pero no sucederá, supongo.
Sólo sé que esta canción ha despertado muchas sensaciones que estaban escondidas en algún ricón de mi memoria, y que el tiempo no ha sido capaz de borrar. Sólo sé que el tiempo ha pasado, pero todo lo que tiene que ver contigo se detuvo un día en un punto y permanece inalterable desde entonces, imborrable, atemporal.
Sólo sé que aún tengo latidos en mi corazón que te pretenecen y que quizás ya nunca puedan pertenecer a nadie más.
Ah, por cierto: la canción es "your love never fails", de Jesus Culture.

viernes, 18 de octubre de 2013

Una mirada al pasado.

Avanza octubre otoñal buscando los primeros fríos después del estío.
El tiempo sigue haciendo girar las agujas de su existencia y el ayer va alejándose de un presente que marca el comienzo de un nuevo futuro. Sin embargo sigo mirando de reojo a ese pasado que tanto sentimiento me hizo vivir y me pregunto si alguna vez volveré a sentirme de ese modo tan especial.
Quizás no haya más momentos como los que viví porque aquel ayer fuera justo el tiempo donde debía disfrutar de la experiencia que supuso cruzar un día nuestros caminos, y tal vez por ese mismo motivo no dejo de echar vistazos hacia el tiempo que quedó detrás, intentando mantener alguna chispa de lo que supuso compartir tantas cosas contigo, porque es probable que nunca más vuelva a sentirme de aquella manera tan especial como me sentía en tu presencia.
El dolor ya no existe, aunque quede la añoranza, y ha ido dando paso a un estancamiento emocional y una glaciación sentimental, volviendo de nuevo a refugiarme en un iglú protector, autoimponiéndome una introversión que me permita vivir con la imaginación lo que acaso nunca logre ya con la vida real.
Creo que aún sigo enamorado de ti de algún modo, aunque trato de negarmelo, pero sé que sigues apareciendo en mis pensamientos, sólo que ya no te tengo para contártelos.
En realidad...
..................................................................................te echo de menos.

sábado, 23 de febrero de 2013

Recuerdos...

Ha pasado ya tiempo desde la última vez que me acerqué a este rincón perdido de mis pensamientos.
No puedo decir que siga sufriendo dolorosamente la lejanía de este amor que pudo ser y no fue, pero eso no impide que te mantengas presente en mi memoria.
Hay días en los que me acuerdo mucho de los momentos que compartí contigo y la añoranza regresa de nuevo.
Tengo poco tiempo y muchos proyectos, y quizás eso hace que no dedique tanto a zambullirme en tus recuerdos como hacía antes, pero cuando mis dedicaciones me regalan momentos de asueto corres rauda a salir de lo más hondo de mi mente y presentarte ante mí sin pedir permiso, mostrándome de nuevo esos labios que ya no me besarán, y la picardía de cada una de tus frases cuando jugábamos a los dobles sentidos.
No te olvido, aunque he aprendido a vivir sin ti. Pero a pesar de eso aún hay días en los que me sorprendo a mí mismo buscándote entre la gente que camina por las calles, y sigo sin encontrarte.
No me he vuelto a enamorar, aunque la realidad es que tampoco hago por encontrar el modo de llenar el vacío que me quedó sin ti. Simplemente ocupo mi tiempo entre mi trabajo y mi afición, y justo me queda tiempo para dormir, de modo que no me da para guiar mis ideas por otros derroteros más sentimentales. Pero aún así, hoy sigues presente, sonriéndome y provocando una sonrisa añorante en mi boca, y sabiendo que mañana volverás a esconderte en un rincón de mi alma para asomarte de nuevo cuando menos lo espere, fiel a tu travieso espíritu de niña mujer.
Hoy volví a escribir porque quería contarte que aún te llevo en el corazón, aunque yo ya no esté en el tuyo.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Otro otoño más.

Ya cayeron las pardas hojas sobre los verdes céspedes y los fríos invernales asoman sus largos brazos con los que nos trasladarán al invierno que se va acercando célere.
Algunas nieves se descolgaron cerca de mi ventana, allá sobre las cumbres serranas, avisando de que el sol no calentará más hasta una nueva primavera que aún vive lejana.
Y espero yo también a que esa primavera aleje de mi alma el frío que la abraza por melancólicas ausencias que salpican mis recuerdos de un ayer que cada vez me parece más que fue una fantasía.
No sé por qué no puedo olvidarte y seguir dibujando en el diario de mi vida otras sendas o caminos, una vez que perdí el que me llevaba a ti. Y aún busco en otros rostros tus ojos siempre imaginados, o ese cabello dorado que como una cascada infinita se descolgaba por tu espalda. Y pienso que no habrá labios como los tuyos, deseados como la fruta prohibida que nos alejó del paraíso, como un pecado en el que ya no podré caer.
Aún hay días en los que me sorprendo recreando lo que haces, con quién, cómo te sientes; inventandote una vida que ni sé si es próxima a la realidad o nada tiene que ver. No sé por qué lo hago, pero tampoco puedo evitarlo; me sale sin más. Acaso mi exceso de fantasía es el que me lleva a caer una y otra vez en esos pensamientos punitivos. Al menos no son habituales.
Quizás un día volvamos a charlar, y lo más probable es que haya hielo entre los dos aunque uno de ambos arda por dentro; o tal vez nunca más haya una encrucijada de caminos donde cruzar al menos una mirada y una sonrisa.
Sea como fuere, aún no estoy preparado para olvidarte, así que seguiré viendo las hojas caer y al frío acercarse mientras el tiempo continúa su viaje arrastrándome con él.


sábado, 1 de septiembre de 2012

El final del verano.

El tiempo pasa, y mis palabras se han ausentado de este lugar de desahogo en un intento de olvidar algo que vive arraigado en mi interior.
Con la cercanía del final de este verano vuelve a encogérseme el corazón pensando en el frío al que se somete y esa soledad que siente ante la ausencia de ti.
La luna y las estrellas me llamaban cada noche estival preguntándome qué era de ti, y mi respuesta siempre repetía que ojalá lo supiera.
He intentado alejarte de mis pensamientos, pero el intento ha sido en vano. La huella que marcaste en mi alma es imborrable y me ha dejado una herencia de la que no puedo desprenderme.
Lo peor de todo es que a medida que el tiempo avance inexorable te iré idealizando cada vez más y con ello me haré tan dependiente del recuerdo que me dejaste que nadie podrá ocupar un lugar dentro de mí, porque ya no habrá vacíos; y peor que eso, aún, será el hecho de que todo eso que me llenará me dejará aún más vacío.
Complicado pero real, porque ya me está pasando.
Es posible que ya no sea de ti de quien vivo enamorado sino de lo que he acabado por escribir en mi memoria acerca de quién y cómo eres, y lo que significas para mí. ¿Real? ¿Imaginada? Ambas cosas a la vez.
Sea como fuere, sigues siendo la única persona que ha sabido encontrar el camino a mi corazón y dejarlo lleno de tu presencia, aunque te hayas alejado.

sábado, 9 de junio de 2012

Nostalgia de fantasías pasadas.

La luna acompaña la noche comprometiendo mis recuerdos. Una tibia y suave brisa me acaricia el rostro mientras la mirada de mis ojos se pierde en un éter luminoso que como un cuadro se dibuja más allá de mis sentidos y me dejo llevar por el tiempo que en pasado me acercó a ti.
Hoy te busqué entre cientos de rostros que se cruzaron en el camino recorrido por mis pasos, unos pasos sin destino ni fin.
Clama mi corazón por tu presencia frente a este pobre iluso soñador que un día creyó tocar la felicidad cuando tú te dejabas amar sin barreras ni fosos infranqueables, con la inquietud de si me encontrarías al siguiente día.
Hoy te presentas ante mí tan sólo como pensamientos de un incierto pasado que quizás sólo viví en una rica y creadora imaginación.
A veces me gustaría poder por fin olvidarte, encontrar un camino fuera de ti, de tu recuerdo, de esa presencia que mantienes en mi cabeza, y liberar al corazón de las cadenas que un amor imposible le mantienen preso, pero me doy cuenta de que en realidad es sólo un momento, un instante el que dura esa idea, porque tú eres la única persona que puede complementarme.
Me quedó un vacío irreemplazable cuando tus alas te alejaron de mí, y hoy, sin querer, la nostalgia me hace ser dependiente de ti, como lo fui siempre, aún antes de conocerte.
Un día formaste parte de mis sueños, unos sueños que se convirtieron en realidad, y que hoy, lamentablemente, vuelven a ser sólo sueños irrealizables, pero hermosos.
Eres la única mujer que puede  haber en mi corazón, y eso, mi pequeña estrella, me condena a la soledad el resto de mi vida.
Hoy te echo de menos, mi gran amor.

jueves, 3 de mayo de 2012

Cómo vivir sin ti.

Hoy escucho cómo tu recuerdo llama con nostalgia a las puertas de mi memoria y me dejo llevar a la mirada que recojo de fotografías tuyas guardadas como señal de que un día fuiste realidad.
El deseo me pide que te busque para disfrutar una vez más de tu insustituible compañía, pero algo dentro de mí lo impide.
Son más de 3 años, contados día a día, como pétalos de una margarita que van cayendo irremediablemente, pero sin un "me quiere". Procuré instalar tan sólo el "no me quiere" para poder asumir que no te tengo, y que mi huérfano amor seguirá vagando por las fantasías de algo que un día creí eterno.
El tiempo no detiene su paso, y sin embargo, cuando me paro a pensar en ese pasado tan dichoso, me siento como si hubiera sido ayer, y es que desde que nos apartamos el uno del otro queda un vacío temporal que no puede llenarse con nadie.
Es como si el reloj se hubiera detenido aquel día tan amargo para no volver a moverse, y mis deseos se quedaran anclados en todo lo que me hiciste sentir mientras estuvimos escribiendo aquella hermosa histora de amor.
Quizás nada de lo que hubo fue del todo real y sólo la imaginación nos lo hizo creer así. Pero fuera como fuere quedé atrapado en un sentimiento del que ya no puedo desprenderme, y sigo sentándome a mirar todas tus fotografías y recrearme en esa preciosa carita de traviesa y esos ojos penetrantes que alcanzaron a verme el corazón.
Hoy sigo echándote de menos, tal como me pasará mañana, y al otro... Y no hay consuelo para un corazón enamorado de alguien que no está, condenado a amar toda una vida sabiendo que no será correspondido.
Y es que no he dejado de quererte.