martes, 30 de junio de 2009

Tú y sólo tú eres la dueña de mis sueños.


Mi pequeña estrella:

Hoy estoy perdido entre pensamientos que me llevan a añorarte aún más que ayer.

Ojalá de pronto aparecieras y tus palabras alcanzaran mis oídos como las notas de una canción de amor sin condición. Buscaría en cada sílaba tu corazón y sentiría esas palabras como caricias en mis sentidos y escribiría un poema con la mirada en el lienzo de tus ojos, perdido en ese infinito que existe tras tus pupilas.

Y tu sonrisa hechicera encandilaría mi ser gobernando mis actos con tan sólo ese gesto que sabes que tanto necesito.

Verte sonreir, un sueño que hace demasiado tiempo dejé de disfrutar.

Cuántas cosas quise vivir y quiero vivir contigo, y no puedo. Pero no me queda la opción de una rendición cobarde, porque tu ausencia es causante de vacío, una nada imposible de vencer si no estuvieras.

Por tanto y por nada te quiero, y por tanto y por nada te busco. Y aún sin huellas trato de seguir tus pasos para no perderme en mis sueños más funestos, porque si un día hubo oscuridad en mi mundo fue tu luz quien la venció.

Qué hermosos momentos viví asilado en tu voz, en tus gestos, en esa sonrisa a veces seductora, a veces pícara.

Escondiendo mis desdichas por alcanzar una felicidad en tus labios sonrientes y en esos ojos tan cargados de vida, tan llenos de virtud.

Hoy no puedo tenerte, verte, escucharte ni leerte, y quién sabe si volverá a ser, pero aún me escondo entre las letras de canciones que me embarcan en fantasías oníricas donde nada es imposible, donde siempre estás para mí, siempre estoy para ti.

Soy un loco por amar sin futuro, pero si no amara el futuro que existiera no sería más que una ausencia de luz, una soledad oscura llena de nada, vacía de amor.

Tú, y sólo tú eres la dueña de mis sueños.

martes, 23 de junio de 2009

No quiero dejar de quererte.


Hoy la nostalgia se ha asilado en mi alma buscando recuerdos de todo lo que nunca fue, aunque la imaginación casi me hizo vivirlo.

Mis pensamientos han dado vueltas y vueltas, como si estuvieran en un carrusel de feria, preguntándose adónde me conduce esta obsesión por un amor imposible.

Sé que no voy a ninguna parte amando a quien no desea ser amada, pero si mis ojos se posan en otro rostro me doy cuenta de que busco tu belleza en una piel que no es la tuya, y no la encuentro. Entonces me doy media vuelta y te echo de menos, y me encierro en mi fantasía imaginando cuantas cosas alguna vez deseé contigo y por ti. Me doy cuenta de que podría encontrar en otro cuerpo un placer físico efímero, y en otras palabras un minuto de risa, pero tras ese placer y ese minuto sé que no habrá más que un acantilado sin fondo donde caería mi amor, porque sin ti no tengo corazón para querer.

Te has asentado de tal modo en mí que aún sin poder tenerte ya no quiero tener a nadie porque allí donde miro encuentro algo que me recuerda a ti, que te trae a mi memoria, y no puedo evitar seguir amándote como un adolescente la primera vez que se enamora.

Y tú eres quien llena esos mundos oníricos que se crean cuando alguien nos llega tan hondo que alcanza el mismo centro de nuestro espíritu y deja una huella imborrable.

Ojalá de pronto un día despertara y me encontrara con tu olor antes de abrir mis ojos, y que al hacerlo, fuera tu cuerpo dormido el que hallara mi vista. Ojalá mis labios entonces se posaran en tu piel y la besaran con ternura, disfrutando de la inocente visión de tu ser dormido.

Ojalá estuviera conduciendo por alguna carretera entre verdes acantilados con el mar como compañero de paisaje y a mi lado estuvieras tú cantando aquello que sonara dentro del coche, y yo, de reojo, mirara tu disfrute y disfrutara contigo.

Ojalá estuviéramos en una playa donde tú te burlaras de mí por mi nivea blancura rayada con trazos morenos y yo disfrutara de una cálida felicidad tan sólo por estar tan cerca de ti.

Ojalá estuvieras tan rendida al amor como lo estoy yo por el que siento hacia ti.

Ojalá tantas cosas que no son y posiblemente nunca me regalarás.

Pero aún así, a pesar de lo que a veces se pregunta y responde mi cabeza, es el corazón quien gobierna mi existencia y no trato de olvidarte porque ni siquiera quiero hacerlo.

Existe el amor puro y verdadero, y ese es imposible de borrar, y ese es el que yo siento por ti.

No quiero dejar de quererte, Alejandra, aunque tú no me quieras querer, y no voy a dejar de hacerlo.

: * * *

lunes, 15 de junio de 2009

Ayer, hoy, mañana, siempre.


Mi pequeña estrella:

Hoy podría, incansable, acompañar toda tu noche de amatorias palabras nacidas de un corazón solitario.

Hoy, si te tuviera lo suficientemente cercana, te diría te quiero, pero no lo haría con palabras. Fundiría mis labios con los tuyos, acariciando la mayor de mis fantasías, y rozaría tus manos con las yemas de mis dedos. Hoy te haría reina de mi mundo una vez más, dueña de cada paisaje ensoñado alguna vez por los dos.

Hoy te querría como nunca antes te pude querer, y es que no tenerte y saberte imposible no me incita a la rendición. Tú, y sólo tú, eres la compañía que yo quiero, con tus cabellos dorados, con tus ojos burlescos y esa sonrisa que me deshace como el calor al hielo.

Hoy quisiera tenerte entre mis brazos y sentir cómo tu corazón late por mí, pero tú no estarás pegada a mi pecho, y mis brazos no rodearán tu cintura. Hoy no besaré tu boca, ni me perderé en tus ojos, porque hoy no es un día especial, porque hoy, como ayer, como mañana, sólo es un día más.

Pero cierro mis ojos y fantaseo con esas caricias que tanto ansío, dar y recibir, disfrutar de ambos los dos.

Quisiera decirte que cuanto mayor es tu ausencia más es mi necesidad. Y en muy pocos días comenzará un peregrinar entre recuerdos e ilusas fantasías porque tú no vas a estar.

Miro tus fotografías y me pierdo en improductivos deseos que no se realizan, pero no puedo evitarlo, no puedo evitar pensar en ti.

Te quiero, Campanilla. Te quiero tanto que el mundo no existe si no pienso que tú existes en él. Tantas son las cosas que me hablan de ti que allá donde vaya te llevo conmigo. El tiempo, ese sabio que a veces ensalzamos y otras odiamos, dirá lo que un futuro deparará pero el olvido jamás podrá asomar porque todo lo que existe en mi vida me lleva a ti.

Algún día mi corazón dejará de latir, y tal vez ni siquiera entonces pueda olvidarte porque si hay un más allá mi alma seguirá amandote en silencio.

Por siempre jamás...

viernes, 5 de junio de 2009

Eres el mundo, diosa y alma.


Siento el corazón rendirse al recuerdo y la necesidad. Poseo la fuerza del amor aún en un momento hostil.

Te busco como te busqué siempre, como te buscaré.

No quiero rendirme; no puedo hacerlo. No te tendré pero necesito negarme tu distancia, la realidad del muro que separa nuestras vidas.

A veces siento cómo se fatiga el alma y se niega a dar un paso más. Pero entonces huyo hacia mis pensamientos, a mi interior, y te encuentro allí, como siempre estuviste, como seguirás estando.

Quizás soy el más loco de los hombres. Tal vez desee vivir un imposible que no quiero olvidar.

Te convertiste en mi mundo, en la efímera felicidad de la esperanza, y ahora me es imposible prescindir de ti.

Apareces continuamente en todo lo que hago y veo, como si estuvieras en mí mismo.

Hoy el camino apenas es un sendero cubierto de hojarasca y arbustos, pero aún así no desistiré en el esfuerzo de buscar la senda que dejaste, la huella que sembraste en el camino.

Si pudiera acariciaría tu larga cabellera paseando el dorso de mi mano sobre la piel de tu rostro, y trataría de perderme en tus tímidas pulilas. Buscaría el roce de tus labios en un ósculo instintivo que no pudiéramos evitar, y disfrutaría del silencio en tu compañía, tal vez junto al mar y su canto, bajo la atenta mirada de una luna llena capaz de sonreír a dos enamorados que hacen gala de sus sentimientos.

Pasarían otras gentes envidiando el cariño que se desprendería de nuestros cuerpos como un aura infinita de luz multicolor. Y tu sonrisa, nívea, pura, llenaría de vitalidad mi propio ser, mientras nuestros pies, sin gobierno que los rigiera, vagarían sobre la fina arena de una playa cualquiera...

Es hermoso soñar, y más hermoso cuando es contigo.

Ya no podemos compartir este amor, pero nunca podrás impedir que yo siga disfrutando en mi corazón de ti, de las fantasías y de tu imaginaria compañía.

Porque te quiero, aunque intentes evitarlo; porque te amo aunque quieras negártelo y negármelo. Porque a pesar de todo lo que la vida nos pueda deparar, tú ya formas parte de un mundo creado para no llorar en una realidad desdichada. Porque tú, Alejandra, eres el mundo, diosa y alma; lo eres todo para mí.

lunes, 1 de junio de 2009

Siempre vivirás presente en mí.



Hoy paseo por la estrecha senda de mis pensamientos. Camino con la mirada perdida en una ausencia tan presente que vacía mi esperanza.

Poco a poco me estoy acostumbrando y voy enseñándome a mí mismo a bucear por los recuerdos sin más pretensión que la de no olvidarte.

Abro mi cajita de terciopelo azul, esa en la que guardé cada uno de los suspiros que un día salieron de tu interior, y me empapo de ellos.

No quiero olvidar, y no voy a olvidar. No creo poder volver a sentir como ya sentía antes de hacerte realidad, cuando sólo fantaseaba con el ser más especial que pudiera imaginar sin la motivación de que se hiciera realidad.

Pero sucedió; apareciste un día, de casualidad quizás, o enviada por el destino, quién lo sabe, y los sentimientos ensancharon sus fronteras y poder.

Estaba enamorándome de un ser real, alguien que había salido desde mi interior y se había transformado en una mujer verdadera, con una belleza divina que me absorbió la razón. Con una personalidad regia que hasta cierto punto me intimidaba; con un aura misterioso que envolvía todo cuando le rodeaba y que alimentaba mi descarada curiosidad día a día.

Hoy camino por cada uno de los momentos que se hicieron especiales por tu presencia y alimento mi añoranza con imágenes que convierto en pequeñas historias nunca vividas.

Quizás soy un demente enloquecido por un amor imposible, pero verdadero.

Un día me decías que no es manera de vivir. Yo necesito de este amor, y si tú no puedes ya ofrecérmelo lo buscaré dentro de mí, pero seguiré viviéndolo dede mi luna cada noche, pintando un paisaje que se volvió monótono desde que decidiste bajar de ella.

Lo único que no obtuve de ti podría lograrlo en otros cuerpos pero todo lo que me regalaste nunca nadie podrá volver a ofrecérmelo.

Tú serás mi pequeña estrella para el resto de mis días aún a pesar de lo que la vida me traiga. Jamás volverá a haber nadie como tú en mi vida y por ello siempre vivirás presente en mí.