lunes, 1 de junio de 2009

Siempre vivirás presente en mí.



Hoy paseo por la estrecha senda de mis pensamientos. Camino con la mirada perdida en una ausencia tan presente que vacía mi esperanza.

Poco a poco me estoy acostumbrando y voy enseñándome a mí mismo a bucear por los recuerdos sin más pretensión que la de no olvidarte.

Abro mi cajita de terciopelo azul, esa en la que guardé cada uno de los suspiros que un día salieron de tu interior, y me empapo de ellos.

No quiero olvidar, y no voy a olvidar. No creo poder volver a sentir como ya sentía antes de hacerte realidad, cuando sólo fantaseaba con el ser más especial que pudiera imaginar sin la motivación de que se hiciera realidad.

Pero sucedió; apareciste un día, de casualidad quizás, o enviada por el destino, quién lo sabe, y los sentimientos ensancharon sus fronteras y poder.

Estaba enamorándome de un ser real, alguien que había salido desde mi interior y se había transformado en una mujer verdadera, con una belleza divina que me absorbió la razón. Con una personalidad regia que hasta cierto punto me intimidaba; con un aura misterioso que envolvía todo cuando le rodeaba y que alimentaba mi descarada curiosidad día a día.

Hoy camino por cada uno de los momentos que se hicieron especiales por tu presencia y alimento mi añoranza con imágenes que convierto en pequeñas historias nunca vividas.

Quizás soy un demente enloquecido por un amor imposible, pero verdadero.

Un día me decías que no es manera de vivir. Yo necesito de este amor, y si tú no puedes ya ofrecérmelo lo buscaré dentro de mí, pero seguiré viviéndolo dede mi luna cada noche, pintando un paisaje que se volvió monótono desde que decidiste bajar de ella.

Lo único que no obtuve de ti podría lograrlo en otros cuerpos pero todo lo que me regalaste nunca nadie podrá volver a ofrecérmelo.

Tú serás mi pequeña estrella para el resto de mis días aún a pesar de lo que la vida me traiga. Jamás volverá a haber nadie como tú en mi vida y por ello siempre vivirás presente en mí.

No hay comentarios: