martes, 23 de junio de 2009

No quiero dejar de quererte.


Hoy la nostalgia se ha asilado en mi alma buscando recuerdos de todo lo que nunca fue, aunque la imaginación casi me hizo vivirlo.

Mis pensamientos han dado vueltas y vueltas, como si estuvieran en un carrusel de feria, preguntándose adónde me conduce esta obsesión por un amor imposible.

Sé que no voy a ninguna parte amando a quien no desea ser amada, pero si mis ojos se posan en otro rostro me doy cuenta de que busco tu belleza en una piel que no es la tuya, y no la encuentro. Entonces me doy media vuelta y te echo de menos, y me encierro en mi fantasía imaginando cuantas cosas alguna vez deseé contigo y por ti. Me doy cuenta de que podría encontrar en otro cuerpo un placer físico efímero, y en otras palabras un minuto de risa, pero tras ese placer y ese minuto sé que no habrá más que un acantilado sin fondo donde caería mi amor, porque sin ti no tengo corazón para querer.

Te has asentado de tal modo en mí que aún sin poder tenerte ya no quiero tener a nadie porque allí donde miro encuentro algo que me recuerda a ti, que te trae a mi memoria, y no puedo evitar seguir amándote como un adolescente la primera vez que se enamora.

Y tú eres quien llena esos mundos oníricos que se crean cuando alguien nos llega tan hondo que alcanza el mismo centro de nuestro espíritu y deja una huella imborrable.

Ojalá de pronto un día despertara y me encontrara con tu olor antes de abrir mis ojos, y que al hacerlo, fuera tu cuerpo dormido el que hallara mi vista. Ojalá mis labios entonces se posaran en tu piel y la besaran con ternura, disfrutando de la inocente visión de tu ser dormido.

Ojalá estuviera conduciendo por alguna carretera entre verdes acantilados con el mar como compañero de paisaje y a mi lado estuvieras tú cantando aquello que sonara dentro del coche, y yo, de reojo, mirara tu disfrute y disfrutara contigo.

Ojalá estuviéramos en una playa donde tú te burlaras de mí por mi nivea blancura rayada con trazos morenos y yo disfrutara de una cálida felicidad tan sólo por estar tan cerca de ti.

Ojalá estuvieras tan rendida al amor como lo estoy yo por el que siento hacia ti.

Ojalá tantas cosas que no son y posiblemente nunca me regalarás.

Pero aún así, a pesar de lo que a veces se pregunta y responde mi cabeza, es el corazón quien gobierna mi existencia y no trato de olvidarte porque ni siquiera quiero hacerlo.

Existe el amor puro y verdadero, y ese es imposible de borrar, y ese es el que yo siento por ti.

No quiero dejar de quererte, Alejandra, aunque tú no me quieras querer, y no voy a dejar de hacerlo.

: * * *

1 comentario:

Frida dijo...

Es la carta que quisiera escribirle a mi amor de por vida. Palabra por palabra. Muchísimas gracias por compartir unas frases tan hermosas
Greenheart