domingo, 18 de julio de 2010


La luna ya sonríe desde un límpido cielo estival, acompañando mis ilusorias fantasías mientras escucho música que sólo hace que evocar sentimientos ocultos en mi corazón. Siento una especie de vacío que no logro comprender y que se ha enquistado dentro de mí.

No hay nada más allá de la irrealidad que recreo cada vez que dejo vagar mis pensamientos, pero sólo es una mentira que he decidido contarme por toda la eternidad de una vida incompresible.

Hoy no sé quién soy, y tampoco intento averiguarlo; me apoyo en vanas ilusiones que no me conducen a ninguna parte, pero sin las que no puedo pasar.

Desearía que las cosas fueran distintas, que el amor tuviera a bien regalarme tu presencia y compañía, y que mi estancia a tu lado significara tu felicidad.

Hoy me siento en cierto modo añorante y falto de fuerzas. No hago más que buscarte en cada mujer que se cruza ante mi vista, pero en mi ignorante raciocinio te he creído y creado tan perfecta que jamás logro encontrar a nadie que siquiera pueda evocarme tu irreal realidad.

La cordura me abandona y la locura comienza a asaltar mi razón y hacer que no pueda gobernar mi propio ser.

Es interesante lo que el amor puede generar en las personas; seguramente no existen dos seres que lo sientan del mismo modo, y sin embargo afecta a todos, quieran o no.

Yo sólo sé que vivo enamorado de ti sabiendo que es un sentimiento abocado al fracaso, pero no existe nadie como tú para mí; quizás aspiro a mucho, pero no deseo a nadie más que a ti.

1 comentario:

Lola Fontecha dijo...

Yo que soy una eterna enamorada de la vida, se que el amor hacía otra persona es el sentimiento más poderoso que pueda existir. Un beso