sábado, 22 de noviembre de 2008

Serás mi más preciado recuerdo.


Hola, Alejandra.


Ya sé que te vas, que te has ido, y aquí me tienes, con la mano alzada despidiéndote en la distancia sin que tú puedas verme.



Lágrimas de amargura se descuelgan por mis mejillas, porque me doy cuenta de que donde hubo ya no hay, y tu corazón dejó de latir por mí.



Te he perdido del todo, sin haber dejado de amarte, y sin poder hacerlo. Es muy duro, mucho más de lo que tú imaginas. Jamás conociste el verdadero sentido de mi amor y desgraciadamente no hice nada por ayudarte a ver lo que era, pero ahora ya no tiene sentido insistir. No podré decirte nunca más "te amo, mi pequeña estrella", y todo porque no supe cómo amarte y te dejé marchar.



Hoy me siento sólo y hundido, perdido en un mundo que creé para ti pero en el que necesitaba tus pasos como guía de mi propio destino. Hoy estoy sin rumbo ni sentido, en un viaje que no tendrá retorno y quizás tampoco futuro.



Ya no me quedan casi fuerzas para nada. Eras mi energía y la fuerza de mi vida, y ahora ya no queda nada. Tú te vas y tu sonrisa volverá a deslumbrar allá donde se pose y volverás a amar a alguien que no seré yo.



No supe hacerte feliz y fue por no intentar ser yo feliz, pero tarde me di cuenta de ello, porque tu camino se ha apartado del mío.



No podré dejar de amarte, pero sé que este dolor acabará conmigo; lo sé.



Mi vida estará dedicada al recuerdo de lo que un día viví junto a ti hasta que el último hálito salga de mi boca, porque siempre seré tuyo, mi pequeña estrella, mi gran amor.

No hay comentarios: