jueves, 13 de noviembre de 2008

Confusión.


Esta mañana he vuelto a hablar contigo. De nuevo te he encontrado, acallando mis sentimientos, haciendo esfuerzos por no burlar la vigilancia de mi razón y decir "te quiero, mi pequeña estrella".

Ha sido una conversación breve, muy breve, pero...


¿Me echas de menos? ¿Eso es lo que has dicho? ¿Que añoras tantas cosas bonitas como hemos tenido?


De pronto se ha abierto una puerta a la esperanza. Mi mente más práctica me dice que no me engañe, que no hay puertas, pero yo nunca usé de la practicidad con los sentimientos. Me agarro a cualquier cosa que me de ilusión, cierta dosis de optimismo. Quizás me engaño, pero necesito vivir de esa mentira y creer que es una verdad.


Me echas de menos, has dicho. ¿Me quieres?


Alguna vez te he comentado que tal y como sientes siento, y tal y como piensas pienso. Si también te ocurre a ti, entonces estoy seguro de que aún me amas y dos almas que han sido capaces de crear un mundo tan hermoso para ellas sólas no pueden estar separadas, no por un error como el que cometí.


No sé si habrá un "continuará" en esta historia de amor, pero aunque sea tan doloroso por lo que estoy pasando, rectifico, lo que estamos pasando, ha sido necesario para darme cuenta de ciertas cosas en lo que a mí concierne. No sé si tendré oportunidad de enmendar mis errores, pero sé cual es el camino que no he de seguir si me vuelves a dejar caminar junto a ti.


No sé qué pensar; estoy tan confundido que dudo a quién darle credibilidad, si a la razón o al corazón. ¿Y si necesitas decirme lo que sientes? ¿Por qué no hacerlo? ¿Y si necesitas que deje de amagar con mis sentimientos? ¿Por qué insisto?


Al menos tengo este medio para decirte lo mucho que te quiero, cuánto echo de menos tu presencia, el bien que me hace tenerte como mucho más que una estupenda amiga, porque eso eres para mí. Tú significas algo que supera a la amistad, y eso es el amor.


¿De verdad me echas de menos???


Aisssssssssssssssssssss...


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