Pensamientos descritos desde lo más profundo de mi espíritu para desahogar las penas vertidas por el amor.
viernes, 26 de diciembre de 2008
Tiempos difíciles.
martes, 23 de diciembre de 2008
Tú para siempre.
sábado, 20 de diciembre de 2008
Porque vives en mí.
viernes, 19 de diciembre de 2008
La letra de una canción.
jueves, 18 de diciembre de 2008
Alejandra...
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Te quiero aunque no quieras que te quiera.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Sigo soñando contigo.
Un sentimiento para siempre.
viernes, 12 de diciembre de 2008
Te quiero, te quiero, te quiero...
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Loco por ti, para siempre.
martes, 9 de diciembre de 2008
Un camino sin recorrer.
domingo, 7 de diciembre de 2008
A pesar de todo te amaré.
Llueve fuera y lo hace dentro, en mi corazón, emancipado de una alegría que sucumbió al terrible desconsuelo de una despedida. Pero yo sigo aquí, esperando ausente tus palabras, sin poder caminar hacia ningún horizonte temiendo perder tus huellas.
Sigo postrado en este lecho de tragicomedia en el que he decidido ocultar mi vida real, si es que no era esta. Un amor que vivió condicionado por la certeza de que aquellas fantasías acabarían por personificarse en ti y en mí. Un cariño que nació desde lo más puro de mi espíritu y acabó contaminado por la cotidianidad de algo que nunca debió abandonar los sueños.
Ahora sigo viviendo ese amor tras un muro transparente que no puedo atravesar. ¡Cómo quisiera poder decirte que te quiero, que sigues siendo la mujer por la que yo vivo, para la que respiro! Pero me está vetado y me consumo en el silencio.
El último día que hablé contigo volví a sentir esa paz que me transmites, ese bienestar que se adueña de mi alma en tu compañía. Quería decirte que me importas, que eres una necesidad vital para mí, que mis pensamientos vagan por tus recuerdos buscando el consuelo del soldado que se tuvo que rendir al enemigo. Contigo todo es fácil: sonreir, disfrutar, vivir... Sólo me queda confesar lo que grita cada día dentro de mí, algo a lo que te quise acostumbrar, a saber que mi amor es real y verdadero, puro y esencial, algo que he de encerrar en las mazmorras más profundas de mi memoria.
Te quiero, Alejandra, por mucho que el tiempo pase; y por mucho que disimule, te quiero. Pueden pasar los días, las semanas, pero yo siento este amor aún más fuerte y arraigado en mí. Es el único fin para el que me siento capaz, el de poder amar aunque sea en un monólogo absurdo del que tú nunca darás cuenta, pero amarte es lo más bonito que la vida pudo regalarme y los buenos regalos siempre me gustó conservarlos.
Te amaré a pesar de las circunstancias, Alejandra. A pesar de todo te amaré.
martes, 2 de diciembre de 2008
Necesitaba hablarte.
Cuando la añoranza es necesidad.
lunes, 1 de diciembre de 2008
Un pasado que perdura.
La añoranza es una sensación dulce con un gusto amargo.
Te echo de menos, Alejandra. Pienso mucho en ti y aún sigo imaginando escenas que me hubiera gustado compartir contigo. Trato de mantener viva la ilusión de algo que ya no es, pero qué importa. Sin ti la vida es demasiado aburrida y vacía. Quizás alguna vez nos enfadábamos, y quién no lo hace, pero era tan especial, es tan especial lo que siento y vivo por ti que se creó una dependencia; "Alejandradependencia".
Estos últimos días te has movido sin cesar por cada uno de mis pensamientos. Si supieras lo mucho que me gustaría poder sentirme abrazado por ti, acurrucarme en tu regazo y respirar ese aire de paz que existía cuando me dejabas amarte a viva voz, pero el silencio cava hoyos donde enterrar falsas esperanzas que nacen y al momento casi mueren.
Sin embargo no dejo de fantasear con la fútil ilusión de que volverás a desear mis "te quiero" como sucedía antes y volaremos de la mano a sueños sólo realizables en mi luna, juntos los dos.
Sé que tú no quieres y buscas el modo de ir apagando esa llama que un día prendió en tu corazón, pero yo busco precisamente todo lo contrario, mantener en mí muy vivo el recuerdo y con él la necesidad de ti.
¿Bueno o malo? Me da igual. Es lo que yo quiero. Mi amor es demasiado poderoso como para tratar de combatirlo, y además es mi aliado, así que he de alimentarlo cada día, buscando entre fotografías o abriendo de vez en cuando mi cajita de terciopelo azul. ¿Recuerdas lo que guardo en ella? Cada uno de tus suspiros, esos que alguna vez lanzaste al viento cuando me querías.
Quizás hago mal anclándome en un pasado que maduró ya y dejó de dar sus frutos, pero es mi pasado, es mi vida.
Te quiero, mi pequeña estrella, y no voy a dejar de pensar en ti.