miércoles, 14 de enero de 2009

Lo eres todo para mí.


¿Qué es la belleza?

Cuántas veces hemos dicho de alguien que es un ser hermoso; o de algo. Una sensación subjetiva. Nuestros ojos son los que deciden el grado de preciosismo al ver un estado físico.

Pero existe una belleza que no se introduce en nuestros sentidos a través de ellos mismos, sino del corazón.

Me importa si no me amas, o si aún amándome, dejas de sentirlo por mí. Me importa porque quisiera ser correspondido por tu corazón de niña. Pero si no me amaras, o si dejaras de hacerlo, la belleza de lo que yo siento hacia ti seguiría existiendo en mí. Es la belleza del amor, del corazón, del alma.

Cuando te miro veo a una mujer de facciones extremadamente atractivas; con un cabello en el que enredaría mis dedos jugando sin fin. Un ser cuyos ojos serían el laberinto del que no podría salir si me dejaran perderme en ellos. Unos labios deseados hasta la demencia por la necesidad de tus besos.

Cuando te miro encuentro a una mujer con un físico fascinante, capaz de retener la mirada de cualquier hombre por la atracción que despierta tu cuerpo, de crear deseos impuros en sus mentes.

Pero más allá de todo eso, cuando te miro me doy cuenta de que estoy frente a un ser por el que lucharía en esta vida fuera cual fuera el precio, porque tu compañía, tu sóla presencia, más allá de lo que puedas atraerme o gustarme, me lleva a viajar a mundos perdidos, ajenos a los sentidos de cualquier ser, más allá de la propia razón, lejos de cualquier sensación real. Cuando me regalas un minuto de tu tiempo me llevas a alcanzar parajes imposibles nacidos desde mi imaginación, y esa, esa sí, es una atracción creada a partir de deseos puros, porque la intimidad que se dibuja en esos cuentos del corazón es amor, un amor como jamás sentí ni imaginé, más grande que mi propia existencia, capaz de llevarme a cualquier lugar.

A pesar de ser amante del amor nunca fui una persona enamoradiza. Sólo alguien antes que tú despertó unos sentimientos tan especiales en mí, pero nunca llegaron a alcanzar el grando de belleza que han obtenido por ti.

Esa belleza, si bien es tan subjetiva como la física, es la que tú posees para mí; la belleza del amor sincero e incondicional.

Te amo con el corazón, el alma y la vida. Lo eres todo para mí.

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