sábado, 25 de abril de 2009

De sueños y amores.


Son los ojos del corazón, amor mío, con los que te miro cada día entre las sombras de mis sueños. Son las manos de mi propia soledad las que buscan la compañía de tu piel en cada fantasía que recreo. Porque te necesito, porque aunque calle lo que siento no dejo de sentirte.

Eres más importante en mi vida de lo que puedes imaginar, y sin embargo ya no puedo hacerte imaginar mundos oníricos donde ambos vivíamos en un paraíso compartido como dos almas gemelas, complementarias.

Hoy tu corazón está desgarrado y yo me siento impotente ante tu dolor, y quisiera poder ser calma para tu ser, alivio para tu espíritu, y temo sin embargo perturbar la poca calma que ahora puede aún brillar en ti.

Pasará el tiempo, el dolor mitigará, pero yo seguiré amándote en el silencio incomprensible del que en su demencia persigue sueños imposibles sin resistir la tentación de caer en su propia locura escapando de una realidad lacerante.

Te quiero, Aliss, y eso ni el mismo Dios puede impedirlo. Mi amor es un para siempre en una vida salpicada por breves retazos de felicidad pasajera.

Tú representas el más sincero sentimiento, un amor de verdad como jamás nunca sentí, y el simple hecho de hacer un esfuerzo por borrar todo eso de mi vida sería el peor de los pecados. Sólo quiero que sigas viviendo dentro de mí y lucho por ello, manteniendo cada día tu imagen en mi retina, tu voz en mis oídos, tus caricias nunca sentidas en mi piel. Imagino que me falta cordura y madurez pero no quiero privarme de la satisfacción de amar al ser que más ilusión ha despertado dentro de mí.

Nunca dejaré de amarte aunque no quieras permanecer cerca de mi vida porque tú, mi pequeña estrella, eres todo cuanto necesito para caminar un poco más; mi más hermoso sueño.

No hay comentarios: