viernes, 2 de octubre de 2009

Te busco pero no estás.


El tiempo no detiene su paso por nadie y va sucediéndose con tu ausencia como aliada suya y enemiga mía.

Hoy te echo de menos y me siento como una hoja arrastrada por el viento en este otoño recién nacido que se va aposentando en mi corazón enamorado.

No sé dónde estás, ni sé qué es de ti. Sólo tengo recuerdos que inundan mis pensamientos y en la añoranza me provocan una sonrisa salpicada con tintes de amargura. Supongo que es la estación que arrastra mi ánimo hacia un invierno frío que aún ha de llegar.

Otoño gris que viste de melancolía mi espíritu vacío. ¿Dónde estás, ANGEL mío, que hasta el alma me pregunta por ti? ¿Qué puedo responderle a mi fantasía si mis sueños están contigo? Es difícil encontrar a quien amar rayando la demencia e imposible poder olvidarle, y yo no te olvido, mi pequeña estrella.

Miro al cielo y busco un lugar donde encontrar el reflejo de tu presencia para observarte en silencio, a escondidas. Pero no estás, y sólo encuentro una luna vacía sin ti, y un vestido de estelares brillos dirigiendo la orquesta del infinito universo donde un día encontré un amor para siempre que no me corresponderá.

Nunca fui perfecto, y cometí mil errores a lo largo de mi anodina existencia, pero a pesar de todo la vida me hizo el mejor de los presentes; me regaló tu realidad, la presencia de un ser invocado en mis más reservadas fantasías, y el poder vestir con amor un tiempo destinado a estar vacío, un tiempo que llenaste de ti, de tus burlas picarescas, de tus sonrisas sinceras, de los suspiros inocentes, algunos indecentes, pero todos sinceros. Un tiempo donde la felicidad llamaba a grandes voces y se iba abriendo paso a través de un cenagoso pensar.

Hoy no gozo de tu divina presencia, añorando este amor que quizás aparenta ser un espejismo de la irrealidad más absoluta, pero que es en realidad el más sincero de los sentimientos que he podido tener por alguien.

Aunque desaparezcas no se deshará el hechizo que un día lanzaste al aire y que me alcanzó en el centro del corazón. Nunca me creíste pero mi amor es ya para siempre.


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