domingo, 22 de febrero de 2009

Para siempre nunca será demasiado.


Hoy quería estar contigo. Imaginé una tarde de domingo paseando, charlando, riendo. Sólo deseé una compañía que me está prohibida pero a la que nunca he de renunciar.

Sentía esa necesidad del enamorado cuando está lejos de su amada, esa añoranza del amante verdadero cuando sus dedos no pueden recorrer la piel de quien cautiva sus sentidos y regala sensaciones. Ansiaba un imposible en la esperanza de que pudiera ser real. Hoy sigo sabiendo que te quiero y no me negaré este amor al que me rendí hace mucho, porque lo que siento, lo que sueño, lo que vivo sólo de pensarte es más de lo que la vida misma me ha regalado nunca.

Cada palabra que alguna vez me brindas es como una sombra en medio del desierto, un descanso para el peregrino agotado. Todo lo que viene de ti, todo lo que eres y significas me hace luchar por seguir un día más.

Por mucho que el destino se empeñe en impedirme este sueño no voy a rendirme mientras mi corazón continúe latiendo. Sólo quiero amarte sin imposiciones ni condición; aunque no estés, aunque no me dejes. Sólo amarte. Ya no me quedan más sueños que los vividos contigo, porque son los que guardo, los que rememoro, los que deseo disfrutar un día tras otro, aunque sea vivir en la locura, en la irracionalidad de la demencia.

Procúrate la felicidad y lucha por ella, mi pequeña estrella, porque tu dicha es la mayor alegría que yo pudiera esperar. Yo me seguiré preocupando de rendir mi corazón a tu cariño, aunque acabe sólo siendo fruto de mi imaginación.

Que me ames o no es algo incontrolable. Los sentimientos no reconocen más autoridad que su propia libertad, pero si me amas y te lo niegas, renuncias a disfrutar algo hermoso, y si no me amas ojalá alcances aquello que te haga ser feliz. De cualquier modo yo seguiré la estela que tus pasos van dejando en mi vida, sin acosos ni agobios, porque ni quiero ni sirvo para ello.

Tú eres lo más importante para ti, y para mí. Te quiero, a pesar de que te niegues mi amor, y te querré aunque busques un camino distinto al mío. Pero si quieres caminar de nuevo por la misma senda que llevan mis pasos seguiré esperando, aunque sólo sea para tomar un refresco cualquier tarde de domingo charlando de banalidades y viéndote sonreir. Tú eres lo más hermoso que la vida me ha presentado y eso quedará grabado a fuego para siempre.

Tuyo hasta la eternidad.

1 comentario:

Decepticuchi dijo...

aah....se perfecto que querias transmitir con estas palabras...es hermoso...y triste....amores prohibidos e imposibles...