jueves, 10 de septiembre de 2009

Palabras de un amor prohibido.







Miro a través del cristal de mi ventana hacia una luna menguante que brilla en el cielo salpicado de cientos de lucecitas misteriosas, titilantes, dibujando entre ellas tu rostro siempre bello.

La añoranza de un amor sin futuro y tal vez sin pasado habita en cada uno de mis pensamientos, anhelando una presencia que no existe, la compañía de una dama que encandiló mis fantasías a través de la imaginación.


Quién sabe por qué y de dónde surge el amor; quién podría responder a la pregunta "¿qué es el amor?". Cada ser tendrá su propia descripción y si alguien me preguntara a mí la respuesta sería "el amor es ella".

Sí, mi pequeña estrella; el amor eres tú, los recuerdos que despiertas dentro de mí, las sensaciones que siguen vivas cuando aún hablo contigo, los deseos que silencio y que crecen más y más.

Hace ya días que no cruzo ni una palabra contigo y vivo con la sensación de que ha pasado mucho tiempo desde que hablamos por última vez, casi como si realmente hubieras sido siempre fruto de mi imaginación.

No he dejado de pensar en ti ni un sólo día, y me doy cuenta de que cuanto menos cuento con tu presencia más siento mi amor y más necesito de ti.

Como ves, Campanilla, por mucho que quieras alejarte de mis sentimientos y alejarme incluso a mí de esos sentimientos el resultado es paradójicamente el contrario, porque más te amo y más deseo hacerte la reina de mi Nunca Jamás donde una vez ya habitaras.

El desconocido futuro puede depararme lo que el destino tenga a bien pero un amor como el que siento por ti jamás morirá, y no volverá a haber mujer en esta tierra que pueda ocupar un lugar en mi vida como el que tú ya tienes; ni siquiera compartir. Sólo podré entregarme por entero a una mujer, a ti. Cualquier otra tendrá que conformarse con una parte sólo, porque dentro de mí no dejaré de pertenecerte aunque tú nunca seas mía.

Te quiero, Alejandra, como siempre te quise, como siempre te querré.

2 comentarios:

Estela dijo...

vaya a mi me pasa exactamente lo mismo que a ti, que cuirioso ni un solo día dejo de pensar. Un beso.

Anónimo dijo...

Acabo de marcharme de mi lugar favorito. De tu lado.. mesetarillo
Campanilla para Peter pan.