lunes, 21 de diciembre de 2009

Desvaríos de un grano de arena.


No quiero abrir mis ojos y mirar hacia el frente porque no deseo ver lo que hay más allá de mi propia fantasía.

Estoy irremediablemente perdido en un lugar imposible de abandonar. Sé que soy un cobarde por no querer enfrentarme a las cosas cara a cara, pero cuando abro mis ojos y miro al mundo me siento como un grano de arena en medio de un desierto y no quiero. No he hecho nunca nada por cambiar mi suerte quizás porque siempre fue muy cómodo abandonarme a mis pensamientos y volar a través de ellos en pos de unas metas siempre alcanzables. Siempre me resultó muy fácil lograr mis anhelos cuando se trataba de imaginar las cosas, en contra de lo que me ha ido sucediendo a lo largo de la vida en mi propia existencia real. Soy el de las cosas a medias, el de hoy empiezo y mañana no termino; sí, ese soy yo. Cada vez me resulta más pesado dar otro paso, y no se trata de que me sienta deprimido: simplemente es que me estoy rindiendo con respecto a todo. Me siento ya cansado de cuanto soy, de cuanto me rodea, pero tampo voy a hacer nada por cambiar las cosas, porque de eso estoy ya también cansado. Quizás un día suceda algo que me sacuda y me haga abandonar esta apatía emocional que envuelve mi día a día pero tampoco es algo que espere. El tiempo pasa y ni siquiera me hago eco de ello. Supongo que cuando me de cuenta de que ya se sucedió una vida entera tome un minuto para meditar por qué no hice nada por cambiarla, pero ya no habrá tiempo para más.

Qué más da. Cada vez me importan menos las cosas y cada día me encierro más y más dentro de mi caparazón alejándome de todo y de todos, hasta que llegue a un completo ostracismo en espera de nada.

Ni siquiera sé por qué escribo estas cosas, por qué escribo ya siquiera aquí. Antes lo hacía por mí, para sacudirme las tristezas que me podían acompañar en ciertos momentos. Hoy ya no me sirve de nada plasmar las letras de mis delirios en este pequeño rincón.

Tal vez alguien las lea y se ría; tal vez otra gente sienta lástima por mí; tal vez muchos pasen de largo... Tal vez sean los desvaríos de un iluso orate.

3 comentarios:

Lola Fontecha dijo...

No abandones nunca las ganas de vivir y de cambiar las cosas. Me gustaría poder darte un pescozón imaginario para que te des cuenta de que lo principal en esta vida es estar vivo, el resto esta de tu parte, pero no te puedes abandonar, eso nunca. Nooooooooo nunca dejes de dar pasos adelante por que la vida merece la pena, siempre hay algo que nos da y de ahi en adelante merece la pena seguir. Entra en mi espacio, le llamo Pasos Adelante, algo encontrarás que te anime. Un beso de alguien que penso un día como tu pero que la vida le ha echo ver que merece la pena estar vivo.

Gaspar Maluenda dijo...

Entré en tu espacio y anduve curioseando.
De veras que te agradezco tus ánimos, pero son épocas que se pasan y ahora es como me siento y nada se puede hacer.
Pero gracias de corazón.

Lola Fontecha dijo...

Es muy bonito aunque triste lo que escribes, a veces es el mejor momento para escribir cosas que llega al corazón de la gente. Un beso