miércoles, 4 de marzo de 2009

Aunque ya lo sepas; aunque aún lo dudes.


Hoy te echo de menos.

Añoro una sóla de tus palabras, imaginarte sonriendo con lo que te diga, atenta a mis tonterías. Hoy te echo de menos, Alejandra.

Ultimamente me pierdo a cada instante entre mis pensamientos con el único afán de encontrarte en ellos, de dedicarte un tiempo que es tuyo, aunque no lo puedas aprovechar. Todo mi tiempo es para ti, porque todo mi tiempo lo dedico a ti.

Te busco entre rostros menos agraciados de mujeres que atraviesan la dirección de mis pasos, y no te encuentro, nunca te encuentro. Sé que jamás podré mirarte en otra piel ni en otros ojos.

Lo que yo te amo, mi pequeña estrella, es imposible de describir con palabras, pues carecen de la hermosura necesaria para hablar del sentimiento que llevo dentro. Te quiero, te diría una y mil veces.

Nada es como fue, como era, ni siquiera mi cariño. Todo ha ido a peor, al silencio obligado de lo que tanto me gustaría decirte, a la distancia que ahora se hace más presente que nunca, a tu ausencia continua. Todo ha ido a peor menos mi amor, porque cada día es más lo que siento por ti, lo que crece en mi corazón.

Que este sueño es un imposible me lo dejas ver cada vez que nos encontramos, pero a mí no me importa. No hay más sueño que el que se recrea una y otra vez contigo. No te pido nada, y tampoco te lo ofrezco, salvo mi propia compañía.

Te amo de verdad, más aún que antes de aquel adiós que tanto daño me, nos, hizo. Te amo como jamás lo he hecho ahora que no estás. Te amo sin esperanzas ni ilusiones, sólo con el sentimiento.

No espero ya nada, ni me embriaga una ilusión de algo que no quieres que sea, pero te amo, y no voy a precintar este amor porque es libre como tú y si decidió quedarse en mi alma ahí tendrá su lugar, porque a pesar de tener las puertas abiertas no ha querido marcharse.

Hoy, ayer, estoy lleno de añoranza y de imágenes que no pueden ser y que recreo una y otra vez en mi cabeza. Ojalá fuera de otro modo y pudiera compartir esas imágenes contigo, viviéndolas de vez en cuando.

Supongo que nací para amar, pero no para el amor, y ese es mi sino y mi destino. Mi dicha y mi desdicha están es un sentimiento tan puro como imposible. Pero contigo descubrí el verdadero significado de algo tan grande y hermoso y si nací para amar seguiré amando aunque el amor me quiera ser esquivo, porque tú eres única y me llenas por completo, quieras o no.

Te quiero, Alejandra, aunque ya lo sepas, aunque aún lo dudes.

No hay comentarios: