sábado, 9 de junio de 2012

Nostalgia de fantasías pasadas.

La luna acompaña la noche comprometiendo mis recuerdos. Una tibia y suave brisa me acaricia el rostro mientras la mirada de mis ojos se pierde en un éter luminoso que como un cuadro se dibuja más allá de mis sentidos y me dejo llevar por el tiempo que en pasado me acercó a ti.
Hoy te busqué entre cientos de rostros que se cruzaron en el camino recorrido por mis pasos, unos pasos sin destino ni fin.
Clama mi corazón por tu presencia frente a este pobre iluso soñador que un día creyó tocar la felicidad cuando tú te dejabas amar sin barreras ni fosos infranqueables, con la inquietud de si me encontrarías al siguiente día.
Hoy te presentas ante mí tan sólo como pensamientos de un incierto pasado que quizás sólo viví en una rica y creadora imaginación.
A veces me gustaría poder por fin olvidarte, encontrar un camino fuera de ti, de tu recuerdo, de esa presencia que mantienes en mi cabeza, y liberar al corazón de las cadenas que un amor imposible le mantienen preso, pero me doy cuenta de que en realidad es sólo un momento, un instante el que dura esa idea, porque tú eres la única persona que puede complementarme.
Me quedó un vacío irreemplazable cuando tus alas te alejaron de mí, y hoy, sin querer, la nostalgia me hace ser dependiente de ti, como lo fui siempre, aún antes de conocerte.
Un día formaste parte de mis sueños, unos sueños que se convirtieron en realidad, y que hoy, lamentablemente, vuelven a ser sólo sueños irrealizables, pero hermosos.
Eres la única mujer que puede  haber en mi corazón, y eso, mi pequeña estrella, me condena a la soledad el resto de mi vida.
Hoy te echo de menos, mi gran amor.